Llega la noche y los ojos parecen no cerrarse la preocupación por algo tan tangible que penetra en lo más hondo. Pasan las horas y la soledad de mis sábanas es palpable en la frialdad de mi piel tan solo el roce de tus dedos me haría dejar de sopesar tan inquietantes pensamientos. Aún contemplando tu imagen inerte recae el peso de los acontecimientos que marchitan hasta al más optimista tan solo necesito de ti...
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