El ser humano, ha veces dudoso, en ocasiones caótico, esperanzador, un tanto apático y algunas veces dudosamente empático, se mueve por instinto, hablando de supervivencia social.
Actuar no por deber, no por ideología propia, si no por miedo, miedo al castigo "social" fruto de sus actos.
Una persona, sin generalizar, puede no engañar a la otra por miedo a ser descubierto y no por lo que realmente importa, empatizar con la otra persona.
Las mentes estan cambiando, la empatía desaparece poco a poco, dejando al "ego" hacerse dueño totalitario de ellas. Sin sentir arrepentimiento de ningún tipo, lo único que parece ser ahora lo más importante és la individualidad para sobrevivir, movido por el miedo hacia la aceptación.
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